Nos podemos referir sobre educación sexual a la capacidad de generar situaciones de diálogo con los menores en donde el adulto promueva contextos de confianza para que el menor exprese sus dudas e inquietudes sobre la sexualidad y lo que implica.
Conforme los niños van creciendo, las dudas irán cambiando también, por lo tanto serán más complejas y diversas. Los temas cambian con la edad y abarcan distintas preocupaciones; por eso es muy importante estar bien informados.
De acuerdo a la edad cronológica y cognitiva de los menores será su tipo de razonamiento ante este tema; es decir, un alumno de preescolar tendrá dudas sobre sexualidad asociadas con las diferencias de género así como también pueden comenzar a explorar su cuerpo.
A la edad de 6 años la mayoría de sus dudas están relacionadas de dónde provienen los bebes y cómo nacen. Sus interacciones en juegos y convivencia tienden a ser con personas de su mismo género.
A partir de los 9 años sus inquietudes comienzan en querer establecer acercamientos de convivencia e interacción con el sexo opuesto intercambiando puntos de vista, juegos y contacto físico como un medio de comunicación (tomarse de la mano, abrazarse, etc.)
A los 12 años se da la transición a la adolescencia en donde ya son capaces de reconocer las diferencias entre género, cuentan con las habilidades cognitivas para comprender lo que implica las relaciones sexuales y su impacto.
Muchos de los problemas relacionados con la sexualidad, es por falta de información por parte de los padres conforme a la edad de los niños.
Si los niños reciben la información adecuada, los límites, las manifestaciones normales del desarrollo y los riesgos de sufrir un abuso o desarrollar una inseguridad en su identidad serán mucho menores.
En los documentos “Sexualidad Infantil y Juvenil: Nociones introductorias para maestras y maestros de educación básica, preparado por la Secretaría de Educación Pública”, se le recomienda a los papás hablar siempre con sus hijos cuando estos tengan preguntas sobre cualquier tema sexual, de una manera muy natural y sin originar miedos, vergüenzas, etc.
Los padres deben de estar preparados para tener estas conversaciones con sus hijos e informarlos con datos verdaderos, para así poder ayudarlos y romper con las ideas o información falsa que pudieran adquirir de otras fuentes. Se recomienda adquirir bibliografía confiable de acuerdo a su edad cronológica. Dichas fuentes son un gran recurso ya que cuentan con la información adecuada y evitan que el padre de familia esté en aprietos para saber qué responder y la forma en la que debe hacerlo.
Estudios demuestran que la carencia de educación sexual en el ámbito familiar y escolar, es lo que puede provocar conductas de riesgo en los niños y adolescentes, como embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual.
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