Todos queremos ser felices, es algo que buscamos y trabajamos constantemente para llegar a la meta final, la felicidad. Pero ¿Cómo podemos encontrar algo que no sabemos qué es? La felicidad no es la meta, se vive diariamente en el proceso de este viaje que llamamos vida.
Rab Igal Snertz nos enseña que la felicidad debe de ser la voluntad de hacer, la motivación vital y la presencia de aspiraciones.
Sucot es llamada Sman Simjatenu, traducida como tiempo de alegría. Pero ¿Por qué debo de estar alegre si acaba de pasar Kipur, mi juicio? ¿Es felicidad sentarse a comer y dormir en la Sucá cuando está lloviendo por el Huracán?
En Kipur tratamos de dejar el mundo material para hacer una búsqueda espiritual, después de estos días de reflexión y arrepentimiento, la Sucá representa llevar todas mis acciones cotidianas como comer y dormir a un plano espiritual, porque se realizan en el contexto de una Mitzvá.
La Torá no pretende que renunciemos al mundo material para estar conectados con Hashem, todo lo contrario, de la Sucá aprendemos que todo lo material puede convertirse en una herramienta espiritual. Al estar sentados en una casita de madera y hojas, rodeados de las personas que queremos y con la Mitzvá de estar contentos, aprendemos que la alegría siempre debe de acompañarnos en donde quiera que estemos.