El pasado martes 13 de diciembre la galería de arte de nuestro Colegio se vistió de gala con la obra del artista Marcos Metta Zaga. Marcos, de 29 años, encontró en la pintura la forma más bella de expresión de sus emociones y sentimientos. No es casual entonces que la pandemia haya sido el momento más alto de su producción creativa, ya que estos meses significaron una profesionalización de algo que empezó con trazos sencillos y simples, hasta convertirse en obras complejas y bien definidas en su estilo. La exposición “Emociones del alma” da cuenta de esta evolución a través de tres núcleos curatoriales en los cuales, como señala su maestra Yolanda, “el espectador podrá vibrar con lo más hermoso y puro de un estilo propio, el expresionismo emocional, con un talento libre, auténtico y sin límites.”
Ese día, las emociones se vivieron a flor de piel, se sentía algo muy especial en el ambiente, yo lo describiría como un momento mágico que sólo podríamos comprender los que estuvimos presentes. Todos los detalles fueron cuidados: la galería se veía hermosa, el mezzanine montado con mesas altas, la iluminación perfecta. En una gran pantalla, los asistentes pudimos ver a Marcos cuando pinta y escuchar la playlist que lo inspira.
Y el gran momento llegó, antes de cortar el listón, tomó el micrófono Gina, mamá de Marcos, quien dentro de su emotivo mensaje, nos expresó: ”Esta exposición, no es nada más una invitación a conocerlo mejor, sino también, una manera de sensibilizarnos ante la diversidad de las personas, su luz propia y las habilidades que cada uno de nosotros tenemos como seres únicos e irrepetibles…”
Tampoco podían faltar las palabras de Yolita, maestra y guía de Marcos en este camino de aprendizaje pictórico, quien nos compartió con una bella descripción, un día en el proceso creativo de este artista, en donde el orden y la misma playlist son parte esencial al momento de pintar.
Pero sin duda, el momento cumbre del evento fue cuando José su hermano pidió la palabra, para agradecer a todos los presentes, familia, amigos, maestros, por su cercanía y cariño por Marcos, pero sobre todo y muy especialmente a sus padres, para quienes no hubo obstáculo que impidiera darle a Marcos todos los medios posibles para realizarse como la persona única y creativa que podemos sentir a partir de su pintura.
Así, en medio de un ambiente cálido y festivo, pudimos celebrar el arte, la individualidad y el talento de Marcos. Ansiosos por llevarse a casa alguna de estas piezas de arte, los asistentes pudieron comprar los cuadros y al mismo tiempo apoyar a Kadima, ya que un porcentaje de esta venta, fue destinado a la invaluable labor que esta institución realiza.
Gracias a la familia Metta Zaga por esta hermosa oportunidad.