El mito del talento

El mito del talento

Por Daniel Smeke


Se tiene la idea que el éxito o el fracaso en actividades como el deporte, los negocios o la escuela, está determinado en gran medida, por las habilidades que tiene un ser humano al nacer. Crecemos partiendo de la teoría que sólo puedes llegar a la cima si naciste con el “don”.

Talento es la palabra que utilizamos para racionalizar este concepto, la concepción de que sólo la gente que nace con el ADN adecuado logra sobresalir en su profesión es aceptada hasta por corrientes científicas.

Cuando vemos la actuación de grandes deportistas, la creación de grandes artistas o los éxitos financieros de grandes empresarios, pensamos que son personas que nacieron con ese talento y así justificamos el por qué nosotros no podemos acceder a esos lugares de clase mundial. Pensamos que la excelencia está reservada para ese grupo de individuos que sacaron el boleto premiado en la lotería genética.

Quisiera poner en duda este concepto y pensar que la excelencia es algo al alcance de todos,  siempre que estemos dispuestos a practicar lo suficiente, durante el tiempo suficiente, y con la inteligencia necesaria. 

Si analizamos la biografía de grandes deportista, artistas o empresarios podemos identificar un común denominador, interminables sesiones de práctica antes de alcanzar el reconocimiento mundial, así como el desarrollo de la capacidad de levantarse del fracaso y volverlo a intentar hasta lograr el objetivo. En resumen, atrás del éxito siempre existen miles de horas de práctica y mucho, mucho esfuerzo que acaban por sembrar el talento en el ser humano.